Civilización y Barbarie, siglo XXI

24 may 2009

Nada es casual en la vida y mucho menos, cuando nos expresamos de manera espontánea y artística. En el acto para festejar el año que falta para el Bicentenario, la presencia de Pablo Lescano fue excelente. Si el arte tiene que hacer vibrar el intelecto o algún sentimiento, el líder de Damas Gratis lo logró. Su sola presencia entonando el himno a Sarmiento fue una patada, la explicites de las contradicciones en las que estamos inmersos.
Con el característico sonido de la cumbia villera, Lescano le cantó al padre del aula y creador del paradigma histórico del Facundo, y pateó el tablero. Porque en la vigencia de las ideas de Sarmiento, Lescano representa la barbarie, esa masa inculta que debe ser desterrada, que cambia de nombre pero siempre le toca estar abajo. Así pasaron los "grasitas", "los negros", "los bolitas", los que quedaron afuera del amparo del Estado y de la educación pública que el prócer también ideó.
Y la genialidad de que la cumbia villera interprete al hombre que luchó "con la espada, con la pluma y la palabra" se resignifica porque conquistó el escenario pagado por el gobierno de Macri. Una gestión (porque así gustan decir) que se le crispan los pelos por perder grandes negocios por las villas y que considera que los maestros que exigen mejor paga son "vagos". En ese armado, Lescano es ovacionado por el público que festeja una nueva mano de Dios.

2 voces:

Hernán dijo...

Muy bueno tu comentario acerca de esta simpática vuelta de tuerca a las ideas tradicionales del hombre que jamás quiso construir un país sino importarlo.

Saludos.

Lucas dijo...

Cuando veía las versiones aburridas de cada uno de los músicos que desfilaron por el escenario de la 9 de julio y Corrientes, pensaba "¿loco, nadie se atreve a hacer lo que hizo Charly con el himno?". Hasta que apareció este muchacho con su teclado. No me gusta sú música, pero por fin uno que arremetió con algo jugado. Sabiendo que los conservadores de siempre tildan a las canciones patrias como "intocables" y defenestran a quien se anime a modificarlas, este flaco versionó en cumbia, nada más y nada menos, al himno a Sarmiento.
El mismo atrevimiento de Charly lo sentí en Lescano y por eso merece un reconocimiento. Por haber ido más allá de lo establecido, con la sabida consecuencia de la lluvia de críticas que recaerán sobre él.
Saludos!