Un Prócer Contemporáneo

1 abr 2009


Ayer fue un día de espera de lo inevitable y una vez que decantó el dolor ante la pérdida, llegó el turno de la gratitud ante el actuar sólido del ex presidente Raúl Ricardo Alfonsín. En los medios se escucharon diversas voces que destacaban que se había ido "el último gran político", "que ya no quedan otros iguales", "hombre honesto", "partidario", "republicano", entre otras cosas.
Sin duda, la perspectiva histórica lo erige como el padre de esta nueva etapa democrática, quizás como un prócer contemporáneo de los Derechos Humanos y de esa necesidad de paz en esta tierra. Asumió en el dolor porque los militares habían regado sangre en todos lados, sembraron el horror y dejaron un Estado saqueado. Pero su valor como estadista radica en saber leer esa herida tan grande que generó esa primavera democrática, un júbilo desbordante porque toda la pesadilla terminaba. Y Alfonsín puso palabras de paz en el miedo, justicia para los represores, libertad tras eliminar la censura previa y unión luego de tanta muerte.
Multitudes lo apoyaron, no por su bandera radical sino su andar en tiempos de dictadura para lograr la liberación, con el peligro que conllevaba; por recordar los ideales del preámbulo como la síntesis de otro modo de vida en libertad y con el compromiso de sentar bases para el futuro. Pero él también supo enunciar que la democracia no iba a ser fácil, que quizás nos lleve mucho tiempo y tenía razón. No lo dejaron, los dinosaurios estaban vivos y como buenos cobardes amenazaron ante el miedo que la Justicia llegue. Y después están los otros, los que no se ven, los que no llevan armas pero que desestabilizan y están ahí esperando en nombre de salvar al mercado. Hoy no requieren de tropas ni generales, porque tiene mucho más poder.
Hubo errores en su mandato pero hoy entendemos que el sistema democrático no perdona y treinta años más tarde, la renovación de la Corte Suprema anularía las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Pero el actuar de Alfonsín fue un ejemplo en la Latinoamérica oprimida en este sinuoso camino en búsqueda de igualdad y paz.
Ya como ex presidente firmó el Pacto de Olivos que si bien permitió la re-elección presidencial, también incluyó un cambio fundamental en el orden jurídico como es la inclusión de los derechos de los consumidores y usuarios; y de los Tratados Internacionales con jerarquía constitucional. De este modo, esto nos queda: una gran legislación y el compromiso del Estado argentino con los Derechos Humanos y esta democracia en construcción permanente que tiene sus idas y vueltas para llevarla a un modo de vida.

4 voces:

Cecilia Díaz dijo...

Disculpen si por mi necesidad de decir demasiadas cosas no he sido clara, caí en reiteraciones y que este no sea el mejor texto pero son ideas que me fueron surgiendo. No hubo demasiada planificación.

Abrazo

Lucas dijo...

Muy lindo escrito. Esperemos que realmente sea recordado y que no sea una simple noticias para llenar espacios televisivos.
Abrazo.

Roky Rokoon dijo...

una gran perdida, la historia le dara el lugar que merecio

Julián Torrado dijo...

Está bueno que le llegue el reconocimiento que se merece; otro tipo honesto derrocado por un golpe economico gestado por quienes después lo sucedieron.
Un tipo que juzgo a militares -comparado con el juicio a los nazis- que soportó 3 levantamientos militares y que con huevos y honestidad sacó al país de su lugar más oscuro.

Saludos nena, sos una genia.